La civilización cretense es conocida como Minoica o Micena, proviene de un nombre dinástico Minos, nombre de un rey micenas. Es el primer país griego que se asoma a la historia como una isla.

Ha sido una de las civilizaciones más notables en todas sus ramas, en la arquitectura, escultura, en la forma de vida y en la moda. Ya que fueron los propulsores de los corpiños y de las faldas de volantes, suena raro, porque estamos hablando de una civilización que vivió en el 2º milenio antes J.C.

Los tejidos se recargaban con bordados siguiendo un diseño geométrico. Los hallazgos encontrados ofrecen una vistosa ornamentación bordada. Tras los bordados geométricos aparecen otros con más fantasías florales, ramajes o golondrinas con las alas desplegadas.

Las líneas de la indumentaria eran muy elegantes, con estructuras acampanadas o divididos con volantes, marcando una silueta muy femenina. 



Existían sitio específicos donde llevas tanto las prendas ya terminadas como los tejidos para poderlos teñir. Los colorantes eran pigmentos vegetales, el color purpúreo era extraído de conchas de Mures Brandari, de las que se han encontrado grandes cantidades en la Creta Oriental.

Los colores eran alegres, mezclas de marrones y azules, además de el blanco, rojo y el amarillo combinándolos con el negro.

Tejidos, bordados y colorantes

Después de las prendas confeccionadas en piel, como pasaba en la prehistoria, en el neolítico, o en los pueblo íberos y mesopotámicos, los cretenses había aprendido a hilar y a tejer la lana, también utilizaban el lino, todas estas operaciones eran de carácter doméstico y familiar.

El palacio de Cnoso tenía en su interior una manufactura de hilaturas y tejedurías.